Archivos Mensuales: julio 2012

Cuidados: hombres, mujeres, servicios públicos… ¿Es posible la igualdad?

Estándar

A raíz del gran éxito de las últimas Jornadas de la PPIINA, Lidia Falcón ha relanzado el debate, siempre activo y necesario, sobre cuáles deben ser las alternativas feministas al cuidado. Ella escribió un comentario; Cristina Castellanos contestó; y ella contestó de nuevo. En primer lugar, me uno a sus agradecimientos mutuos y a los votos por que el debate continúe. Creo que está bien intercambiar puntos de vista y saber que lo que es un desacuerdo hoy puede serlo menos en el futuro. Quiero aportar este artículo donde explico, entre otras cosas, por qué es contraproducente la reivindicación del salario al ama de casa, adoptada con muy buena intención por una parte del movimiento feminista, sobre todo en el pasado.  A veces las buenas ideas hacen muy malas películas, y creo que este es un buen ejemplo.

Una vez más, lo importante son los objetivos; y una vez fijados estos, las reivindicaciones que marcan el camino para alcanzarlos. El objetivo del feminismo, creo yo, es eliminar la división sexual del trabajo (la base material del patriarcado). Y creo que ese objetivo es posible si luchamos por las reivindicaciones adecuadas. La idea de la división sexual del trabajo está tan ‘naturalizada’, que es difícil imaginarse otro mundo. Sin embargo, la división sexual del trabajo no tiene nada de natural sino que está artificialmente mantenida y potenciada por las políticas públicas (no se nace mujer, se hace, que decía Simone de Beauvoir). Por eso, basta con eliminar esas políticas y poner las condiciones materiales para que podamos vivir en igualdad. Tarea ingente, pero abordable, porque ya tenemos indicios de que cuando se cambian las políticas cambia la realidad.

En la PPIINA hemos estudiado en profundidad las experiencias internacionales y nacionales (por ejemplo, no es cierto que el permiso de paternidad de 15 días se lo tome un número ridículo de padres: supera el 80% según las estadísticas de la Seguridad Social!). En base a ellas, sabemos que es posible cambiar las pautas de comportamiento de los hombres si se ponen en pie las medidas adecuadas. Por cierto, otra cosa que sabemos en la PPIINA es que la equiparación efectiva de los permisos solo es una medida, aunque emblemática y crucial; necesaria pero no suficiente. Esperamos que nadie piense que pedir esta reforma significa oponerse a todas las demás, singularmente a la universalización de los servicios públicos: ambas cosas no son alternativas sino complementarias!

A pesar de las evidencias contrastadas, muchas personas siguen diciendo que los hombres no cuidarán nunca, y que se van a ir a cazar osos o al fútbol en el tiempo de permiso. No es así extensivamente en Islandia (3 meses) ni en Suecia (2 meses),   pero a veces las evidencias tienen menos poder en nuestra mente que las ideas previas con las que nos enfrentamos a ellas.

No hemos visto el fin del patriarcado en  ninguna parte, pero los avances parciales nos tienen que permitir imaginarlo. Si, en cambio, nos cerramos a la posibilidad de cambio, no podremos ver los pequeños matices que tanto importan. El apabullante bosque nos impedirá ver los árboles, y esa es la cuestión! Copio aquí mi artículo publicado en Sin Genero de Dudas, y espero vuestros comentarios.

Crisis de cuidados: de la ‘conciliación’ a la igualdad

Por María Pazos Morán

Un gravísimo problema Lee el resto de esta entrada