La noticia: El Gobierno destina 8,7 millones de euros a promover el acceso de las mujeres a la Sociedad de la Información.
¿Mucho o poco? Depende. Si esto fuera además de eliminar las barreras actuales, diríamos ¡qué bien!. Pero no lo es. Las barreras empiezan desde la infancia, cuando a las niñas se les pone a jugar con muñecas y con cocinitas mientras sus hermanitos juegan con juguetes tecnológicos (¿no se podrían hacer campañas como las de la DGT, en este caso para informar a la población y cambiar este comportamiento discriminatorio?). Continúan en el sistema educativo, cuando se siguen potenciando distintos juegos y actividades, y cuando se orienta a las niñas a profesiones ‘femeninas’ (¿no podría el Ministerio de Educación formar al profesorado y a la Inspección, así como dictar las normas pertinentes para asegurar que esto cambia?). Siguen con el efecto de la moda y los medios de comunicación tanto privados como públicos, que se dedican a meter serrín en la cabeza a las niñas (¿no podría el Estado dejar de subvencionar a las empresas responsables de esas prácticas nocivas?)